Por qué compré un seguro de vida a mis 23

La situación es distinta para cada persona. La mía comenzó recientemente con un montón de primeras veces: mi primer trabajo; mi primer depa; mi primera póliza de seguro.  Tengo 23 años, soltero, sin dependientes económicos; con algo de ingreso extra en el bolsillo – y soy el dueño de una póliza de seguro de vida.

¿Cómo sucedió todo esto?

La conversación inició en el trabajo.  Le pregunté a Jorge, un compañero, acerca de su jubilación futura y de cómo el planea ejecutarla.  El habló de los temas comunes sin ningún orden específico: Afores, IMSS, deducibilidad de impuestos, acciones y bonos de inversión, el manejo de una cuenta de acciones en bolsa.  Y, un seguro de vida.

Me sorprendió la última mención.  ¿Seguro de vida como parte de su portafolio financiero?  Mi entendimiento era que nosotros recibíamos este tipo de seguro como prestación de nuestro empleador; así que, básicamente estábamos cubiertos.  Por lo tanto, no visualizaba el seguro de vida como parte de ninguna estrategia financiera en mi vida.

Jorge me siguió explicando que el seguro de vida ha sido siempre parte del plan financiero de su familia y que fue comprado principalmente por el beneficio de defunción. La póliza de seguro de vida que su padre habría comprado en sus años de juventud fue lo que de hecho ayudó a pagarle a Jorge sus estudios profesionales.  Más allá de esto, la póliza que Jorge ahora tiene es la que le está ayudando a pagar sus estudios de postgrado.

Siempre he equiparado el seguro de vida con la muerte.  Una vez que se paga la suma asegurada a un beneficiario, esa persona puede usar el beneficio como se le antoje.  Toda esta noción de pronto pasó a ser un paradigma en mi mente.  Jorge me explicó los beneficios en vida de una póliza de seguro:

“Estos son los beneficios disponibles para ti mientras estás vivo: El dinero acumulado en una póliza de seguro de vida vitalicia puede ayudarte a pagar por los eventos anticipados de la vida, y quizás incluso los no anticipados como pueden ser comprar tu primera casa, gastos de educación o hasta una boda.  Una vez que la necesidad de un beneficio por invalidez permanente o fallecimiento se haya disminuido, simplemente puedes accesar al valor en efectivo que se haya acumulado”.

Bill aprovechó estos beneficios “en vida” de su póliza de seguro para ayudarse a pagar su maestría.  El contrató su póliza cuando tenía apenas 23, la edad que tengo yo actualmente.  Ahora que él tiene 34 años de edad, Jorge está a punto de casarse y planea utilizar fondos de su seguro para pagar parte de los costos de la boda.  Planea continuar con su seguro incluso hasta sus años de retiro para entonces fortalecer sus ingresos de otras pensiones provenientes de programas gubernamentales.

Al tiempo que íbamos profundizando en el tema, la idea de adquirir una póliza de seguro de vida fue haciendo más sentido para mi.  Aún así, habían todavía ciertas consideraciones que tomar en cuenta. Yo estaba pagando un crédito de automóvil y haciendo un gran esfuerzo por liquidar mi deuda en tarjetas de crédito. Así que había algo de duda en una decisión de este tipo.

Jorge entendió este punto acerca del costo adicional que traería a mi vida una póliza ya que él mismo había tenido en su día las mismas dudas.  Lo que finalmente me ayudó a convencerme fue cuando Jorge me contó lo que su papá le dijo cuando le preguntó su opinión hace once años:

“Básicamente, mientras más joven seas, más bajo será el costo de asegurarte.  Aparte, tú cuentas con excelente salud ahorita, por lo que la prima será mucho menor a que si lo contrataras a mi edad, cuando tu estado clínico quizás ya haya sufrido cambios desfavorables que ponen en riesgo tu vida. Cuando esto sucede, los costos de un seguro aumentan y a veces, es incluso ya imposible de obtener una póliza; lo cual, es lo que más deseas debido precisamente a ese estado de salud.  Si tu amarras la prima de un seguro hoy, ésta permanecerá constante por siempre.”

“Por lo tanto, con un poco de sacrificio hoy, al convertirte en dueño de una póliza de seguro de vida obtienes un beneficio inamovible y de suma importancia para el crecimiento financiero y patrimonial en tu futuro.”

Esta conversación cambió por completo mi visión de vida sobre lo que quiero hacer y lograr y si en algo me ayudó, fue en darme cuenta de lo rápido que se pasan los años.  Así que, ¡hay que hacerlos que cuenten!

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